El lúgubre destino de las ratas
Por Rafael Prieto Zartha
Para los que creen que la actitud contra los indocumentados carece de tintes de profundo desprecio, en estos días el representante republicano a la Cámara estatal de Tenesí, Curry Todd, espetó una perla imborrable.
Todd comparó a los padres inmigrantes con ratas. Dijo exactamente: “pueden multiplicarse como ratas”, durante una sesión de un comité fiscal en la que se discutían los costos de atención prenatal para los futuros ciudadanos estadounidenses.
Infortunadamente esa es la visión de algunos políticos sobre esa masa de gente que carece de estatus migratorio a la que poco falta para que se le coloque el mote de desechable.
Hace dos años en Charlotte, Carolina del Norte, el comisionado republicano Bill James comparó a los indocumentados con “prostitutas y vendedores de drogas”, en el marco de una discusión sobre si los indocumentados pagan impuestos o no.
En esa ocasión fueron muy pocos los que levantaron su voz de protesta contra esa impertinencia y presiento que la defensa de la población inmigrante se irá esfumando con el tiempo. Me temo que la andanada de ataques va a ser imparable en el futuro inmediato.
Quienes creen que la postura de algunos políticos no contiene dosis de racismo contra los inmigrantes sin papeles está la versión “mejorada” de la ley SB 1070 de Arizona que propone el representante republicano estatal de la Florida, William Snyder, para su estado.
El articulado de su proyecto excluye de ser criminalizados a los canadienses y a los portadores pasaportes de países a los que no se exige que sus ciudadanos tramiten visas.
La lista de países es muy diciente: Alemania, Andorra, Australia, Bélgica, Republica Checa, Dinamarca, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Holanda, Hungría, Inglaterra, Islandia, Irlanda, Italia, Letonia, Liechtenstenstein, Lituania, Luxemburgo, Malta, Mónaco, Nueva Zelanda, Noruega, San Marino, Suecia y Suiza, que claramente son naciones donde prevalece la raza blanca. De Asia figuran en el inventario Corea del Sur, Japón, Singapur y el sultanato de Brunei.
Los ciudadanos de España y Portugal están cobijados por el beneficio de exclusión de visa.
Dos países de Sudamérica que contaban con esa preferencia fueron sacados del programa, que permitía que sus nacionales ingresaran a Estados Unidos con solo presentar el pasaporte, sin tener que pasar por una evaluación detallada de funcionarios consulares: Argentina en 2002 y Uruguay en 2003.
Así que la versión floridana de la ley de Arizona tendrá como objetivo “a los de poncho”: mexicanos, centroamericanos, sudamericanos y caribeños.
El proyecto de Snyder se discutirá en el marco de una Legislatura en la que hay 28 senadores estatales republicanos contra 12 demócratas y 81 representantes estatales republicanos contra 39 demócratas, y un gobernador republicano.
Los resultados de las elecciones del 2 de noviembre anticipan que versiones “mejoradas” de la ley de Arizona puede multiplicarse a estados donde algunos políticos habían expresado interés por imponerla y las dos cámaras quedaron en control republicano con una ventaja significativa de integrantes.
Esto ocurrió en Alabama, Carolina del Norte, Carolina del Sur, Georgia, Idaho, Indiana, Michigan, Minnesota, Misuri, Ohio, Oklahoma, Pensilvania, Tenesí, Texas y Utah.
Nuevamente quiero reiterar lo que es mi posición en el asunto migratorio: Estados Unidos no tiene porque recibir a todos los pobres del mundo y tiene el derecho como nación soberana de establecer las regulaciones que considere apropiadas.
Abogo por los 11 millones de indocumentados porque tanto los políticos, como los empresarios, como los mismos inmigrantes se hicieron los de la vista gorda y le hicieron trampa a la ley de amnistía de 1986 para su propia conveniencia.
El problema migratorio podría haberse resuelto políticamente, descartando el apego a la “legalidad”, porque lo que hizo Hitler y lo que hace Hugo Chávez tiene el amparo de la “legalidad”.
No creo que todos los demócratas estén libres de culpa de la Apocalipsis que estaremos viviendo en materia migratoria.
Pero eso sí, pueden estar seguros que actuaré con las teclas de mi computadora cuando a los indocumentados les comparen irresponsablemente con ratas, prostitutas o narcotraficantes.
Muy desacertada la comparación de Curry Todd, inclusive para cualquier persona conservadora. Lo cual no interfiere en lo más mínimo en las cuestiones que EE.UU. tiene que resolver. Sé que la mayoría de las perdsonas que permanecen en este territorio de manera ilegal (lo de indocumentados es un eufemismo y a mí no me interesa ser políticamente correcto) son honestas, trabajadoras y precisamente vienen porque en sus países de origen se les niegan las más elementales condiciones de seguridad y supervivencia. Pero EE.UU tiene que acabar de implantar una reforma migratoria, que al menos:
ReplyDeleteAsegure las fronteras y permita el control de todos los que entran al país.
Sancione a los gobiernos que estimulen la entrada de ilegales a EE.UU. (México en 1er. Lugar)
Desarrolle un programa costeado por los propios inmigrantes que los lleve a convertirse en ciudadanos estadounidenses, con predominante cultura anglosajona (dominio del inglés, inserción en hábitos, usos y costumbres de una democracia, etc.)
Extradite de manera sumaria a los ilegales que hayan cometido delitos en territorio de EE.UU.
Tú me conoces y sabes que a pesar de ser hispano como tú, si vine a este país es porque no quería seguir viviendo en ningún país de Amércica Latina, porque a pesar de tener culturas muy ricas e interesantes, sus historias políticas son un desastre y sus sociedades son un amasijo de anarquía y absurdo, del cual se salva quizás el Chile contemporáneo. Este es mi país de adopción y preferencia y no quiero verlo convertido en una "banana republic".