En defensa del cardenal Rogelio Mahony
Yo si apoyo que el cardenal Roger Mahony vaya a Roma y
ejerza su derecho en el cónclave del Vaticano, y que vote por el nuevo
pontífice, aquel que calzará las sandalias del pescador.
No comparto la visión de los activistas
que han reunido las diez mil firmas para pedirle al exarzobispo de Los Ángeles
que se abstenga de participar en la elección del sucesor Pedro, tal como le corresponde.
Entiendo el dolor y la ira de las
víctimas de los abusos de los pedófilos, pero también se tiene que poner en la
balanza la innegable y terca defensa que Mahony ha hecho de los inmigrantes, especialmente de los latinos.
Hasta antes del cataclismo, que ha puesto
a Mahony contra la pared, el cardenal estuvo abogando por una reforma
migratoria integral.
En 2005, cuando en el Capitolio estuvo a
punto de aprobarse como ley de la nación la propuesta H.R. 4437, que
criminalizaba a los indocumentados y que pasó en la Cámara de Representantes,
Mahony alzó la voz contra el proyecto del congresista James Sensenbrenner.
Incluso se atrevió a advertir en el
Miércoles de Ceniza de 2006, que ordenaría a su clero y sus feligreses ignorar
la legislación en caso de que entrara en vigencia.
En medio del clima antiinmigrante, el
cardenal apoyó las propuestas de reforma migratoria que fracasaron en 2006 y
2007.
Yo conocí al cardenal cuando acababa de
regresar a su natal Los Ángeles, como arzobispo. Venía de ser obispo de una de
las diócesis del valle central de California, donde los migrantes latinos se
rompen el lomo cosechando y pizcando los vegetales y los frutos de la tierra.
Me recibió, pocos días después de ser
nombrado en el cargo en el verano de 1985, por pedido del obispo auxiliar de
Los Ángeles, Juan Arzube, un clérigo de origen ecuatoriano, que había impulsado
la fundación de la Organización de Vecindarios Unidos (UNO) y abierto los
brazos de la Iglesia a los desterrados del éxodo salvadoreño, generado por la
Guerra en Centroamérica.
A Mahony le entregué un proyecto de lo
que se convertiría tiempo después en la publicación Vida Nueva. Con gran
paciencia, en español, me explicó que estaba asumiendo las riendas de una
operación monumental en la que no existían siquiera computadoras para coordinar
su funcionamiento y finanzas.
Poco tiempo después realizaría un
encuentro multitudinario para su grey latina en el estadio de los Dodgers.
Respecto a la controversia que lo hoy lo
agobia, creo que Mahony ha sido un hombre de su tiempo, víctima de las
circunstancias y de una institución anquilosada que había manejado criterios
obsoletos.
Del cardenal hay referentes que pidió al
Vaticano agilizar los procesos de sacerdotes pederastas. Además, asumió las
culpas de pecadores e hizo pagar 660 millones de dólares a los perjudicados.
No creo que haya tenido la intención de
ser un encubridor y me parece que los medios, incluyendo los de habla hispana,
le han repartido palo inclementemente, sin exponer su trayectoria desde una
perspectiva integral.
Consta
que erigió la nueva
catedral de Los Ángeles a Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de los
inmigrantes. Y que cuando se requirió que alguien sacara la cara por los
indocumentados indefensos, él la puso.
Leo sus columnas y algunas, quizá muchas de ellas las hemos publicado en nuestra edición bisemanal de El Nuevo Georgia, uno de los periódicos en español de Atlanta, pero con verdadera decepción, incluso por ser latino, recibo su columna de esta fecha en defensa de Mahony, en una clara alusión a que el dolor de los cientos de miles de abusados sexualmente por los curas pedófilos no le merecen ningún respeto, porque su encubridor "apoya a los latinos" ¿qué de bien le hace a la fe cristiana el que un hombre como Mahony apoye una reforma migratoria si por otro lado ha encubierto los crímenes que sus curas han cometido contra niños latinos? Eso es como defender al Papa Benedicto y a Juan Pablo II y decir que sobre ellos no recae ninguna culpa cuando se negaron sistemáticamente a entregarles a las autoridades correspondientes a los cientos de curas criminales pedófilos que alrededor del mundo han abusado y sodomizado a niños y niñas indefensas. Esto señor Prieto, es una muestra de que, como cristianos nos importa poco el sufrimiento de los demás y lo anteponemos a intereses materiales y mezquinos como construir una iglesia o avanzar en otros proyectos que nada tienen que ver ni con la fe, ni con lo espiritual. Ya lo dijo el mismo el mismo Jesús a los fariseos: en Marcos: 7:6 “…Hipócritas, bien profetizó de vosotros Isaías, como está escrito: Este pueblo con los labios me honra, Mas su corazón lejos está de mí"
ReplyDeleteQue tenga usted un lindo día señor Prieto, escribiendo temas más terrenales siento mayor admiración por usted, mil gracias por su tiempo!