La exitosa contracorriente antiinmigrante
Por Rafael Prieto Zartha
En contracorriente con la tendencia antiinmigrante que ha predominado en el país en los últimos tiempos, los legisladores estatales de Maryland le dieron una lección a la nación entera al aprobar su versión del Acta de los Sueños, que permite que los estudiantes indocumentados ingresen a las instituciones de educación superior pagando la misma tarifa que los ciudadanos.
Con la promesa anticipada del gobernador Martin O’Malley de firmarla como ley, los representantes estatales a la Cámara votaron en Annapolis, la capital de ese estado, 74 a 66 a favor de la iniciativa y los senadores estatales 27 a 19.
De esta forma, Maryland se convirtió en el undécimo estado que, desde 2001, ofrece garantías económicas de educación a jóvenes indocumentados, que desean continuar con sus estudios universitarios.
Los que se quedaron con los crespos hechos, fueron los integrantes del grupo antiinmigrante Ayuden a Salvar a Maryland (HSM), que ya amenazó con retar la nueva legislación, mediante un referendo, en las elecciones de 2012.
“¿Cuánto tiempo creen que pasará antes de que el senador estatal Víctor Ramírez y la delegada estatal Anna Sol Gutiérrez vengan llorando… para exigir becas completas y ayuda financiera para los pobres estudiantes hispanos ilegales de Maryland”?, anotó desconsolada la organización antiinmigrante en su sitio de internet, mostrando su animosidad contra los legisladores estatales hispanos y la comunidad latina entera.
Otro que está desesperado con la aprobación del Acta de los Sueños, es el delegado estatal Patrick McDonough, quien quiere voltear la tortilla para impedir que los jóvenes soñadores tengan acceso a la universidad y está solicitando ayuda de fundaciones nacionales que le colaboren para lograrlo.
McDonough ha dicho que al pasar la legislación de los sueños: Maryland “se ha convertido en una Disneylandia para los inmigrantes ilegales”.
Para calificar para los beneficios de reducción de costo de la matrícula, los estudiantes indocumentados deberán probar que sus padres o representantes legales han pagado impuestos durante los últimos tres años, haber estudiado tres años de secundaria en Maryland y haberse graduado en ese estado.
La ley exige que los estudiantes completen dos años de estudios en un colegio comunitario, con una equivalencia de 60 créditos, antes de ingresar a carreras universitarias de cuatro años de duración.
También, deben inscribirse en el Servicio Selectivo de Estados Unidos y comprometerse a solicitar la residencia legal tan pronto como haya una oportunidad.
La aprobación de la SB 167, contó con el impulso de los activistas Gustavo Torres y Kim Propeack, de Casa de Maryland, una organización que ha luchado con denuedo en pro de una reforma migratoria integral a nivel federal y la legalización de los indocumentados.
Igualmente, en contracorriente con la tendencia antiinmigrante que ha imperado en los recientes tiempos revueltos, 22 senadores demócratas pidieron al presidente Barack Obama, que suspenda por vía administrativa las deportaciones de los estudiantes que podrían beneficiarse con el Acta de los Sueños en el ámbito federal.
Los senadores no solo están pidiendo un alivio migratorio a través de una acción diferida a las deportaciones de los jóvenes, sino que el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) haga lo que nunca ha hecho, mantener un record de los casos de los soñadores.
“Nadie sabe cuántos individuos elegibles para el Acta de los Sueños están en proceso de deportación, cuántos han solicitado acción diferida, y cuántos han sido deportados”, dice la carta de los senadores.
Y en otra misiva, el senador Charles Schumer le pidió a Janet Napolitano, secretaria del Departamento de Seguridad Nacional (DHS), que enfoque sus esfuerzos de la deportación de criminales en lugar de expulsar, entre otros, a estudiantes sobresalientes y padres de hijos ciudadanos.
Hasta ahora la administración de Obama ha sido retrechera y asustadiza a los pedidos de alivio.
El propio presidente dijo que no podía ordenar una moratoria a las expulsiones, el pasado 28 de marzo, durante un foro público sobre educación organizado por Univisión.
Pero para decirle que “sí se puede” está el congresista Luis Gutiérrez, quien realiza una gira por 20 ciudades para recordarle al “presidente de la promesa”, que “el cambio requiere coraje” y que las familias deben permanecer unidas.
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