Obama debería despedir a los agentes rebeldes de ICE
Por Rafael Prieto Zartha
Ahora que el gobierno está en el proceso de implementar su nueva política de deportaciones, el presidente Barack Obama debería despedir a los agentes de Inmigración que no siguen sus mandatos.
El año pasado, exactamente el 11 de junio de 2010, el sindicato, que representa a 7,600 oficiales y empleados del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas, emitió un voto unánime de desconfianza contra el director de ICE, John Morton.
“Es el deseo de nuestro sindicato dentro de ICE y de nuestros empleados de separarnos de las acciones del director Morton”, anotó la resolución, agregando que se trataba de un acto público.
De acuerdo con el sindicato, el funcionario había “abandonado” la misión principal de ICE de aplicar las leyes de inmigración y proteger la seguridad pública.
La resolución sostuvo que el ejecutivo de ICE estaba dirigiendo su atención a hacer campaña a favor de políticas relacionadas con la “amnistía” y crear un sistema especial de detención para los extranjeros.
Lo grave es que no hubo reacción alguna de parte de Morton o del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para frenar la declaración de rebeldía de los representantes de los agentes de ICE.
Y lo peor es que el 26 de julio pasado, Chris Crane, el presidente del sindicato, sometió una declaración ante el Subcomité Judicial de Inmigración de la Cámara de Representantes reiterando lo que dijo hace un año, agregando que el voto de desconfianza nunca se rescindió.
Crane afirmó que siendo Morton, director de la agencia heredera del Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), es la primera vez que los agentes migratorios toman vacaciones para realizar piquetes de protesta públicos en contra de las políticas determinadas por sus directivos.
“Es mi esperanza que esos actos sin precedentes a través de la nación hayan enviado un claro y sonoro mensaje de que algo seriamente errado está ocurriendo en ICE, y que las preocupaciones no son simplemente las de un pequeño grupo de empleados descontentos, sino el reflejo del sentir de miles de hombres y mujeres que trabajan en ICE”, aseveró Crane, hace un mes.
Esa fue su respuesta, al memorado de Morton, del 17 de junio pasado en el que instruyó a sus oficiales ejercer discreción judicial al decidir casos de inmigración, para no hacer deportaciones a la topa tolondra, y evitar, por ejemplo, la expulsión de padres de militares que están en Afganistán o Irak o las de mujeres que han denunciado ser víctimas de violencia doméstica.
Hasta ahora, el sitio de internet del sindicato no presenta ninguna reacción a la decisión presidencial de cambiar la política de deportaciones, y suspender la expulsión de indocumentados que no son criminales, pero no tengo la menor duda que no tardará en declarar su soliviantamiento.
El año pasado yo recordaba como en agosto de 1981, el presidente Ronald Reagan despidió de un plumazo a 11,345 integrantes del sindicato de controladores aéreos, dos días después de que se declararon en huelga.
Obama debería poner de patitas en la calle a los que son desleales y no obedecen sus órdenes.
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