BITACORA

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Tuesday, January 10, 2012

Mitt Romney:
¡Ay Chihuahua!

Por Rafael Prieto Zartha

La vida te da sorpresas... sorpresas te da la vida. Resulta que el bisabuelo del aspirante presidencial republicano antiinmigrante, Mitt Romney, fue objeto de la hospitalidad de México en el siglo 19, y se estableció durante décadas en el estado de Chihuahua.
Miles Park Romney hacía parte de un grupo de mormones, practicantes de la poligamia, que salieron huyendo de Utah, en 1886, ante la presión del gobierno federal estadounidense contra la costumbre de que un hombre tuviera varias esposas, y el antepasado del candidato tenía tres.
El abuelo del Mitt Romney, Gaskell Romney y su esposa, Anna Amelia Pratt, se casaron en México y se establecieron en la colonia mormona de Dublán, en el municipio chihuahuense de Galeana.
George Romney, el padre del aspirante a la nominación republicana, nació en Chihuahua en 1907, pero el estallido de la Revolución Mexicana, en 1910, provocó que el progenitor del candidato antiinmigrante fuera traído a Estados Unidos por sus mayores.
George Romney fue un empresario y político exitoso, que trabajó en la industria automotriz, llegó a ser gobernador del estado de Michigan y secretario federal de Vivienda y Desarrollo Urbano, durante la administración del presidente Richard Nixon.
Incluso, George Romney alcanzó a postularse como candidato a la presidencia por el Gran Viejo Partido (GOP), aunque el asunto de ser originario de México generó un escándalo más grande que el provocado recientemente por los que dudan que el presidente Barack Obama, haya nacido en territorio estadounidense. De George Romney, había una evidencia absoluta que su nacimiento había sido en el vecino del sur.
Sin embargo, las posiciones ambivalentes del padre, del ahora líder de las encuestas para obtener la postulación republicana, hizo que su intento por llegar a la Casa Blanca fuera un fracaso absoluto.
El corresponsal del diario Dallas Morning News en México, Alfredo Corchado, visitó la Colonia Juárez en Chihuahua, donde todavía viven parientes del exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney.
“De hecho, Mitt Romney, al ser hijo de un americano nacido en México, tiene derecho a la doble ciudadanía, bajo la ley mexicana”, aseveró Corchado en su reportaje.
Una gran paradoja de la vida es que Romney se muestre tan antiinmigrante siendo de facto el hijo de un inmigrante mexicano.
Ya lo había dicho la periodista Maribel Hastings, que Romney es un oportunista, que cambia de posición de acuerdo con la conveniencia y la dirección de los vientos.
En materia migratoria, alcanzó a decir en 2006 que algunos de los indocumentados tendrían que regresar y a otros se les debería hacer el proceso de ciudadanía para legalizarlos.
En una entrevista con la publicación Lowell Sun de Massachusetts, expresó estar en desacuerdo con acorralar a los 11 millones de indocumentados y sacarlos del país a punta de pistola.
Pero los hechos dicen otra cosa.
En 2004, siendo gobernador, vetó una ley que habría permitido a los estudiantes indocumentados de Massachusetts, pagar matrículas como residentes del estado.
En 2006 firmó un acuerdo con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE) para darle a patrulleros estatales facultades de agentes de inmigración.
La rúbrica del documento se dio después de revelarse que los jardineros hispanos que arreglaban los prados de la vivienda de Romney eran indocumentados.
Ahora que Romney desea ganar las primarias republicanas se ha transformado en un antiinmigrante recalcitrante para satisfacer a los sectores más intolerantes de su partido.
Ha dicho que vetará el Dream Act si es aprobado en el Capitolio y que los indocumentados si pueden obtener la ciudadanía, pero después de regresarse a sus países y hacer los trámites desde cero para volver a Estados Unidos.
“No sé si Romney es chihuahuense o chihuahueño”, me dijo albureando un cercano amigo mexicano, que conoce la historia.

Tuesday, January 3, 2012

A votar en 2012: el año del Dragón

Por Rafael Prieto Zartha

Las últimas proyecciones del número de hispanos que estarán habilitados para votar las elecciones de 2012 será de 23 millones y medio.
No obstante, la Asociación Nacional de Funcionarios Latinos Electos y Designados (NALEO), la organización que sacó la estadística, proyecta que solo 12.2 millones irán a las urnas en las presidenciales del 6 de noviembre.
Aún este dato, que ha sido considerado positivo por el posible aumento de 26% de participación, en contraste con 2008, se me antoja espantoso.
De casi 24 millones de votantes latinos posibles es increíble, que dadas las circunstancias por las que atraviesa la comunidad hispana, los votantes proyectados sean apenas poco más de la mitad de los que están en capacidad de sufragar.
Una gráfica en el portal de ImpreMedia indicó que escasamente 14 millones de los electores hispanos están registrados para votar.
Eso quiere decir que se tendrá que hacer una campaña intensa para que 9 millones y medio de votantes latinos se inscriban en los padrones electorales locales.
En 2008, de los 19 millones y medio de hispanos que tenían derecho al voto, solo la mitad acudió a usar las máquinas contadoras de sufragios.
En ese mismo año, 48% de los ciudadanos hispanos votaron en las presidenciales, mientras que 54% de los naturalizados ejercieron ese derecho, cuando Barack Obama fue elegido.
Quienes han tenido la fortuna de naturalizarse ciudadanos estadounidenses, deberían entender que haber logrado ese privilegio no solo significa tener derechos y aprovecharse de los beneficios de esa condición, sino asumir responsabilidades.
Un deber absoluto tendría que ser la participación cívica, mediante el voto.
Un estudio sobre el comportamiento del voto hispano en las elecciones de 2010, efectuado por el investigador Mark Hugo López, del Centro Hispano Pew, mostró que el mayor nivel de participación en esos comicios -de medio término- fue la de los ciudadanos de origen cubano con más del 49%.
Después se ubicaron los de origen centroamericano y sudamericano con 33%. La de los puertorriqueños fue de 29% y la de los de origen mexicano 28%.
El derecho al voto para las mujeres en Estados Unidos fue una lucha que se inició en 1840 y apenas se cristalizó en 1920.
Pese a que los esclavos negros fueron liberados en la década de los sesenta del siglo 19, con el costo de más de 600 mil muertos, únicamente fue hasta los sesenta del siglo 20, un siglo después, que se firmó el Acta de Derechos de los Votantes, para asegurarle a los afroamericanos el acceso pleno al sufragio en este país.
Las cadenas de televisión en español: Univisión, Telemundo, CNN, MegaTV, Estrella TV, NTN 24, tendrían que realizar la campaña más tenaz de su historia para impulsar el voto hispano.
Eso mismo deberían realizar las estaciones de radio en español, los periódicos latinos, junto con la Asociación Nacional de Publicaciones Hispanas (NAHP), al igual que los sitios de internet.
NALEO, el Consejo Nacional de La Raza (NCLR), la Liga Unida de Ciudadanos Latinoamericanos (LULAC) y las demás organizaciones hispanas deberían impulsar el sufragio como nunca.
Un artista de Charlotte, Edwin Gil, lanzará una página en Facebook, para que los ciudadanos latinos se comprometan a votar con sus caras, sus mensajes y sus videos.
“Leí que 2012 debe ser el año de los votantes hispanos y voy a promover el voto en todo el país a través de los contactos en la organización Latinos in Social Media (LATISM)”, me contó Gil.
Las leyes estatales antiinmigrantes han creado un ambiente hostil contra los hispanos y algunos políticos le han endilgado los calificativos y comparaciones más peyorativas a los indocumentados latinos.
La forma más efectiva de contrarrestar las actitudes de los intolerantes es utilizar un medio gratuito, que lo único que requiere es pensar. Entonces, a votar en el año del Dragón.

Tuesday, December 27, 2011

En pie de oración contra las leyes antiinmigrantes

Por Rafael Prieto Zartha

El tate quieto que le puso el juez federal de distrito, Richard Gergel, a la ley antiinmigrante SB 20 de Carolina del Sur era algo que se veía venir desde el lunes 19 de diciembre, cuando escuchó los argumentos de las partes en el recinto de su corte en Charleston.
Lo digo porque estuve un rato en la audiencia y vi a Gergel interrogando al abogado André Segura, del Proyecto para los Derechos de los Inmigrantes de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU).
Gergel anotó ese día, antes de anunciar su decisión de bloquear los aspectos más severos de la ley, las complicaciones que la normativa traería para el estado al dar facultad a los agentes de la ley locales y estatales de preguntar por el estatus migratorio de los sospechosos de ser indocumentados, al obligar a la gente a portar papeles para probar su estatus y al castigar quienes alberguen o le den un “aventón” a un peregrino en necesidad.
Cuando Gergel hizo públicamente la observación de que hasta un ciclista que va a una tienda podría resultar perjudicado, supe que los abogados de la gobernadora Nikki Haley no tenían chance.
La parada que le dio Gergel a la draconiana legislación, que habría entrado en vigor el 1 de enero de 2012, marcó la constante de 2011, que las cinco leyes estatales antiinmigrantes aprobadas durante el año fueron frenadas en las cortes.
Eso ocurrió también con las iniciativas aprobadas por las legislaturas y los gobernadores de Alabama, Georgia, Indiana y Utah.
Eso también pasó con la madre de todas las leyes, la SB 1070 de Arizona, que se sancionó en 2010 y que finalmente terminará siendo decidida en la Corte Suprema de Justicia.
Lo malo es el ambiente de terror que han creado estas normativas contra la población más inerme del país, que son los indocumentados.
Muchos han salido despavoridos de Arizona, Alabama y Georgia, asustados por los maltratos de que han sido víctimas, al no poder siquiera pagar sus cuentas de energía y otros servicios básicos.
Otros han experimentado los abusos rampantes de funcionarios oficiales, como del alguacil del condado de Maricopa, Joe Arpaio, a quien en su custodia se le murió el veterano de guerra hispano, Marty Atencio.
Atencio fue objeto de descargas eléctricas y acciones de fuerza bruta que fueron grabadas en video.
Entre tanto, la economía de Arizona se fue al garete, los tomates de Alabama se han podrido y la recolección de otros cultivos de Georgia y Carolina del Sur, también han resultado afectados, ante la ausencia de la mano de obra indocumentada.
En Carolina del Sur, los abusos igualmente han estado a la orden del día. En la iglesia Metodista Unida Midland Park de North Charleston una mujer me contó las vicisitudes de un familiar inmediato, al que también le aplicaron descargas eléctricas en la localidad de Richland, tras un arresto que ella alega como claro ejemplo de perfil racial injusto.
Es por eso que luciendo cintas anaranjadas, la comunidad de fe y las organizaciones de derechos civiles se lanzaron a las calles y los templos de Carolina del Sur para rechazar con oraciones, la ley estatal antiinmigrante SB 20.
Bajo la preciosa cúpula del Capitolio Estatal en Columbia, donde ondean las banderas estadounidense y la azul con la media luna y la palma de Carolina del Sur, la gente se congregó para escuchar a religiosos que evocaron pasajes de La Biblia, para recordar que Jesús fue un migrante perseguido, que fue llevado a Egipto a escondidas por María y José como un refugiado.
Frente a la bandera confederada, que aún permanece en los predios de la legislatura estatal surcarolina, dirigentes afroamericanos hicieron un paralelo de su lucha contra la discriminación y por los derechos civiles en la década de los sesenta, con la situación que afrontan ahora los inmigrantes hispanos.
“Quizás todos venimos en diferentes embarcaciones, pero ahora todos estamos en el mismo barco”, decía una frase de Martin Luther King Jr, registrada en una pancarta, que los activistas portaron cuando marcharon por las céntricas calles de Columbia.

Tuesday, December 20, 2011

Arpaio: el alguacil más duro del Lejano Oeste

Por Rafael Prieto Zartha

En el caso eventual de que el alguacil del Condado de Maricopa, Joe Arpaio, el más duro del Lejano Oeste, termine sentenciado a prisión por la investigación que se le sigue por abuso de poder, la cual tiene consecuencias penales, yo tengo varias sugerencias para el juez.
Mi deseo es que le imponga los mismos castigos de ignominia con que ha infligido a los inmigrantes indocumentados.
El sheriff merece consumir varias tazas de su propio caldo y recibir dosis de su propia medicina.
Al juez le pido que lo sentencie a cumplir parte del tiempo de condena en la cárcel de carpas, que ha regentado, en el inclemente clima del desierto de Arizona.
Le solicito que lo obligue a lucir los trajes de preso que impuso en su centro de detención, con las rayas negras que lucen Pete y los Chicos Malos, en las historietas infantiles de Disney.
Le pido que lo force a ponerse la ropa interior de color rosado, que han utilizado los reos indocumentados en el infame sitio de reclusión, un lugar que en las fotografías y videos se asemeja a un campo de concentración.
Lo insto a que le ponga las esposas rosadas y que vestido con uniforme de recluso sea paseado encadenado por las calles de los barrios hispanos de Phoenix, como él lo ha hecho con los detenidos indocumentados, con el fin de humillarlos.
Lo exhorto a que imponga que su dieta diaria sea la comida insípida, carente de sal y condimentos, que le ha recetado a los confinados en su tan cacareada cárcel.
Le solicito que no se le permita ver televisión o películas como pasa con los internos de su campamento
Le imploro que le dé funciones de enterrador de la comarca e inhume a los fallecidos, como lo han hecho los inmigrantes que han caído en sus garras.
Al juez le pido que otra parte de la pena la escarmiente en una de las prisiones privadas federales para indocumentados, donde el gobierno federal desea que no rija una nueva normativa -que entrará en vigor en 2012- para proteger a los presos de las violaciones sexuales.
La cadena de radio, NPR, denunció que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), ha pedido que se excluya a los centros de detención de inmigrantes, de la medida que imperará en las demás penitenciarias, pese a que en los últimos cinco años se han presentado alrededor de 200 denuncias de abusos sexuales contra los indocumentados retenidos en las cárceles de Inmigración.
A Arpaio no le caería mal una temporada allí, teniendo en cuenta que su oficina no investigó más de 430 denuncias de delitos de tipo sexual, entre 2005 y 2007, situación por la que ofreció disculpas recientemente.
Al sheriff le cayó la roya después de la derrota de su compañero de aventuras antiinmigrantes Russell Pearce, el defenestrado expresidente del Senado Estatal de Arizona, cuyo mandato fue revocado en las elecciones del 8 de noviembre.
El 5 de diciembre se destapó la olla de su desidia con los casos de abuso sexual.
Y el 16 de diciembre, el Departamento de Justicia (DOJ) dio a conocer un reporte de 22 páginas en las que se le acusa de discriminar sistemáticamente contra los hispanos, y practicar consuetudinariamente perfil racial contra los conductores latinos.
Thomas Pérez, fiscal asistente de la División de Derechos Civiles del Departamento de Justicia, señaló que la investigación duró más de tres años, con la participación de más de 400 personas.
A la Oficina de Arpaio se le retiró del programa de deportaciones 287g y se le restringió de Comunidades Seguras, confirmando que los dos programas federales abren las puertas para abusos infames contra los indocumentados.
Casi octogenario, con 18 años de ser el alguacil de Maricopa, Arpaio está en la mira del grupo Ciudadanos por una Mejor Arizona, que quieren como a Pearce, sacarlo de puesto mediante el voto popular. Y también le viene pierna arriba la investigación criminal por abuso de poder.
¿Será el adiós para el alguacil más duro del Lejano Oeste?

Tuesday, December 13, 2011

Que le caigan rayos los alguaciles mentirosos

Por Rafael Prieto Zartha

Yo no podía creer lo que estaba escuchando durante la primera reunión del Comité de Inmigración de la Cámara de Representantes de Carolina del Norte, que se realizó el pasado 7 de diciembre en el Edificio de la Legislatura en Raleigh, capital de ese estado.

“Usted tiene mayores posibilidades de que lo parta un rayo que ser deportado, siendo un inmigrante ilegal en este estado y en este país”, dijo el alguacil del condado de Rockingham, Sam Page, para defender el programa de deportaciones Comunidades Seguras, que ha sido cuestionado nacionalmente por no cumplir el propósito de expulsar criminales, sino humildes trabajadores que han dejado en este país la fuerza de sus músculos y el aliento de sus pulmones.

Siguiendo su analogía, durante la administración del presidente Barak Obama, los rayos habrían matado a más de un millón en este país, que ha sido el guarismo de indocumentados expulsados de Estados Unidos en los casi tres años de su gobierno.

La afirmación del sheriff es tan “”trucha”, tan inconsistente y tan malintencionada, como la calumnia.

La realidad es que en 2010 el Servicio Nacional del Clima (NWC) reportó solo 19 muertes en el país por culpa de los rayos.

Por eso es igualmente irresponsable, que el otro expositor del día, el sheriff, Terry Johnson, del condado de Alamance, se atreviera a afirmar que los indocumentados le cuestan al estado más de dos billones de dólares (en inglés) y que todos se tragaran la enchilada completa, sin deglutirla.

Las cifras de Johnson provienen de un informe de la Federación para la Reforma de Inmigración (FAIR), que fue iniciada por John Tanton, un oftalmólogo, quien fue denunciado por la organización de defensa de los derechos civiles, Centro de Leyes sobre la Pobreza en el Sur (SPLC), revelando sus propias palabras, por tener conexiones con grupos racistas, e incluso neonazis.

FAIR ha funcionado con aportes del Fondo Pioner, una organización no lucrativa, que promueve la eugenesia, una filosofía que trata de respaldar científicamente la teoría de que la raza blanca es superior.

Pero algo así eso no es extraño, saliendo de Johnson, que ha dicho que los valores morales de los mexicanos son diferentes de los estadounidenses: “En México, no hay nada malo en tener relaciones sexuales con una niña de 12 o 13 años de edad”.

Johnson fue demandado en el verano pasado por el Departamento de Justicia alegando que sus empleados temen ser víctimas de represalias si hablan con investigadores federales acerca de la presunta política discriminatoria de su oficina.

El alguacil dijo, fresco como una lechuga, que no había actividades de perfil racial bajo su departamento o como resultado de la aplicación 287g pero 90%, de los casi 1,700 indocumentados que ha puesto en proceso de deportación desde su cárcel, son latinos.

Sorprendente la ignorancia acerca del tema migratorio de parte de los empleados que sirven apoyo a los legisladores.

No conocían el alcance de Comunidades Seguras y que en 2013 estará en todos los centros de detención y agencias policiales del país.

Tampoco estaban enterados que las leyes federales prohíben que los indocumentados reciban todo tipo de asistencia social o de salud, y que la única excepción se da en las salas de emergencia de los hospitales.

Durante algunos momentos la sesión pareció preparada por algunos de mis lectores, que solo tienen desprecio para los inmigrantes sin papeles.

“Estos delincuentes han utilizado el método de poner a parir a todas esas indias en territorio americano”, escribió uno que se identifica como Paco Jones, quien los califica de “morralla”.

Soni dijo: “se pasan a este país, para que el ‘chilpayate’ les nazca como ciudadano americano”, e insistió en que los indocumentados no pagan impuestos.

Yo por mi parte sostengo que es más fácil que nos parta un rayo, que los sheriffs antiinmigrantes y los nativistas digan la verdad.

Tuesday, December 6, 2011

2012: El año de los votantes hispanos

Por Rafael Prieto Zartha

No suelo crearme ilusiones respecto a nada y mucho menos invierto mi tiempo en pintar pajaritos en el aire en conexión al futuro.

Regularmente miro el porvenir con escepticismo, aunque debo confesar que algunas veces recreo en mi mente que mis equipos de fútbol favoritos resultan campeones: las selecciones de Estados Unidos y Colombia, Santa Fe y Chicó Boyacá.

La realidad que es cruel, como una escuálida pitonisa esquizofrénica, me aterriza cuando tengo esos desvaríos en cuestión de segundos.

No obstante, le voy a apostar a que 2012 va a ser el año de los votantes latinos.

Lo hago pese a los desengaños con que me acongojan los electores hispanos de la ciudad donde vivo: Charlotte, Carolina del Norte.

En las elecciones del martes 8 de noviembre, de 13 mil ciudadanos latinos habilitados para votar, escasamente 600 fueron a las urnas, o mejor dicho a las máquinas electrónicas en las que se pulsan digitalmente los votos.

Aún así, se me antoja que viviremos una primavera electoral hispana en el ámbito nacional, con unos resultados positivos en noviembre del año entrante.

Mi esperanza es que la presión antiinmigrante genere lo mismo que ocurrió en Arizona con el expresidente del Senado Estatal, Russell Pearce, al que los votantes latinos desbancaron de su cargo, como castigo a su sarta de leyes venales contra los indocumentados.

Los políticos republicanos con olfato ya entendieron la lección, y están comenzando a recular de su intransigencia en contra de los inmigrantes y ahora les ha dado por la “compasión”.

El primero en lanzarse al viraje fue el expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrich, quien propuso legalizar, sin vía a la ciudadanía, a los indocumentados que tienen lazos tangibles en el país.

Gingrich se expuso a que sus contendores le dieran palo y contra lo previsto va de primero en las encuestas.

Por cierto, que un estudio del Centro Hispano Pew proyectó que dos terceras partes de los indocumentados radicados en Estados Unidos han vivido en territorio estadounidense durante más de una década y casi la mitad de estos tienen hijos menores de edad, la mayoría nacidos aquí y por ende ciudadanos americanos.

La suma del grupo de adultos sin papeles afincado en el país superaría el guarismo de seis millones de individuos.

Esa cifra, lo ocurrido en los comicios de Arizona y encuestas como la de Univisión y Latino Decisions, de principios de noviembre, han hecho que los viejos zorros del Partido Republicano recapaciten.

El sondeo de Univisión y Latino Decisions, efectuado en los 21 estados con mayor población hispana, mostró que 30% de los latinos que votan sienten que los republicanos son hostiles contra comunidad hispana.

La encuesta dijo que el presidente Barack Obama, pese a su promesa incumplida de reforma migratoria, superaría ampliamente a sus rivales del partido del elefante.

Por eso, el excandidato presidencial republicano John McCain experimentó el pasado domingo 4 de diciembre una súbita reconversión.

“Pienso que el Partido Republicano necesita discutir el asunto (de inmigración) en la forma más humana posible”, afirmó McCain en el programa “State of the Union” de CNN.

Quien no entiende todavía como están las cosas es el exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney quien dijo durante foro de aspirantes convocado por el exgobernador de Arkansas, Mike Huckabee, que si el gobierno federal no actúa en materia migratoria, los estados deben llenar ese vacío, o sea apuntar a favor de una irresponsable colcha de retazos de leyes migratorias.

Pero para resolver todas las dudas están los 21 millones de votantes hispanos que están habilitados para votar en las elecciones de 2012. Tienen que hacerse sentir para que nos respeten Obama y quien quiera que resulte ser su oponente.

Tuesday, November 29, 2011

Cruella, los 7 enanitos y Peter Pan

Por Rafael Prieto Zartha

Cada vez que se lleva a cabo un nuevo debate entre los candidatos republicanos a la presidencia y se habla del tema migratorio, la congresista por Minnesota, Michell Bachmann, se asemeja más a Cruella de Vil: insensata, ignorante e insensible.

El 17 de octubre, durante el foro realizado en Las Vegas, en el que el presentador de CNN, Anderson Cooper fue el moderador, Bachmann dijo que los “ilegales” le costaban al país anualmente 113 billones (en inglés) de dólares y que de esa suma: 82 billones, la aforaban los gobiernos locales y estatales.

“Por cada hogar de un ciudadano americano, nos cuesta mil dólares al año. Están robando a los hogares estadounidenses que no pueden pagar eso”, aseveró Bachmann.

No sé de dónde sacó las cifras, la aspirante avalada por los amotinados del Té, pero a todas luces anda fuera de foco o tiene intenciones perversas.

Contrario a lo que afirma Bachmann, estudios de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) indican que los indocumentados generan una actividad económica de 150 billones de dólares al año, y su presencia origina 8 millones de empleos en el país.

El Servicio de Impuestos Internos (IRS) ha confirmado una y otra vez que 6 millones de individuos hacen sus impuestos anualmente con el Número de Identificación Tributaria, ITIN o W-7, que es el documento que usan los indocumentados para cumplir con sus obligaciones con el fisco.

Además, los indocumentados aportan anualmente 7 billones de dólares al Seguro Social y la cuenta llamada Earnings Suspense File Account, también del Seguro Social, que es a donde van parar las contribuciones de los indocumentados a los que les han hecho descuentos con números erróneos, había acumulado -hasta 2006- la bicoca de 745 billones de dólares.

En el debate realizado el pasado 22 de noviembre, en Washington DC, que condujo el periodista de CNN Wolf Blitzer, Bachmann, la aspirante del Partido del Té, acusó al expresidente de la Cámara de Representantes, Newt Gingrish, de promover una “amnistía” para los 11 millones de indocumentados, después de que el candidato sugirió aliviar la situación de algunos inmigrantes, legalizándolos pero sin ofrecerles un camino a la ciudadanía.

Gingrish, que de los siete aspirantes masculinos republicanos es al que han vendido de “Sabio” como el “Doc” de Blancanieves, dijo durante el foro: “No veo como, el partido que dice ser de la familia, va a adoptar una política de inmigración que destruye familias”.

El exgobernador de Massachusetts, Mitt Romney reaccionó a la propuesta de Gingrich como “Grumpy”, el “Gruñón”: “Solo atraerá más gente que venga aquí ilegalmente” y agregó que permitir que los estudiantes “ilegales” asistan a los colegios comunitarios y las universidades como si fueran residentes de los estados es uno de los “imanes para la inmigración ilegal”.

El actual gobernador de Texas, Rick Perry, que durante los debates ha hecho el papel de “Dopey” o “Tontín”, dijo que primero se debería “asegurar la frontera”. Y el empresario Herman Cain, que con sus actuaciones personales ha traído todos los desastres posibles a su campaña, como “Sneezy” o “Mocoso”, lanzó el estornudo más fuerte: “Para lidiar con los ‘ilegales’ que ya están aquí, se tiene dar el poder a los estados para hacer lo que el gobierno federal es incapaz de hacer”.

Anecdótica fue la presentación del senador republicano por la Florida, Marco Rubio, en el programa Enfoque de Telemundo, en el que el periodista, José Díaz-Balart, lo apretó con el dato que los 11 millones de indocumentados equivalen a la población entera de Cuba.

Rubio aparece ante los medios en español con su cara de “yo no fui” como si fuera Peter Pan cuando trata el tema de inmigración y con los medios en inglés se transforma en el Capitán Garfio. A Díaz-Balart le presentó todas las excusas para no ser concreto: No hay consenso nacional para una reforma migratoria y el Dream Act es una legislación muy amplia.

¡Qué diferencia con los demás legisladores cubanos que han pasado por el Capitolio! Ellos jamás se arrugaron. Siempre han respaldado a los inmigrantes.