Los
estadounidismos
Por Rafael Prieto
Zartha
Recientemente, la
Real Academia Española (RAE) anunció que había actualizado por quinta ocasión
la versión de su diccionario por la red virtual, iniciativa que lanzó en línea en 2001.
Lleno de entusiasmo busqué y
rebusqué en la internet los vocablos que los regentes máximos del idioma
español habían añadido al léxico. Encontré el glosario de términos, pero me
causó profunda congoja no hallar uno que he perseguido durante varios años con
ansiedad. Se trata de la palabra “estadounidismo”, que intenté poner sin éxito
a consideración de los académicos por los conductos regulares a principios de
la década pasada.
Por allá por 2003 o 2004 me tomé el
trabajo de redactar un significado para el vocablo y ajustarme a la forma que la
Academia usa para presentar las palabras en su principal diccionario.
Por supuesto, que incluí una
justificación como lo precisaban las normas de la RAE, que indagué en esa
época.
La presentación, que hice utilizando
el correo electrónico, generó una pronta y firme respuesta de Madrid.
Lo que yo había sometido debía estar
respaldado por eruditos de la lengua, que yo desistí de buscar, un poco
abrumado porque consideré que mi gestión había sido un rotundo fracaso.
Tiempo después conocí al lingüista
Alberto Gómez Font, quien durante décadas ha sido el especialista que ha guiado
el estilo del español usado por la Agencia EFE.
Con la simpatía y vozarrón que lo
caracteriza, Alberto soltó unas cuantas carcajadas, e hizo algunos comentarios
de aprobación a mi pretensión de que la Academia, incluyera en el diccionario
el término “estadounidismo”.
Alberto, quien actualmente coordina
la Fundación del Español Urgente, Fundéu, y casi todos los años viene a Estados
Unidos a dictar cátedra a los periodistas de los medios en español sobre el idioma,
me dijo que trataría por su lado de hablar con los académicos para que
admitieran la palabra.
En junio de 2009 cometí la osadía de
presentar una ponencia sobre el tema durante un taller de la Conferencia
Nacional de la Asociación de Periodistas Hispanos (NAHJ), que se realizó en
Puerto Rico.
En el panel, patrocinado por la
Academia Norteamericana de la Lengua Española (ANLE), participaban Laura
Godfrey, del portal en español del gobierno de Estados Unidos; Emilio Sánchez,
director de la Agencia EFE en Estados Unidos; Jorge Ramos, presentador de
Telemundo en Nueva York (no el de Univision);
y Frank Gómez, exdiplomático y miembro correspondiente de la ANLE.
Mi intervención, titulada “Una
exhortación a respetar el español usado en Estados Unidos y los medios de comunicación en español
hispanohablantes”, causó un terremoto porque disentí del purismo promovido por
los otros panelistas, y ocasionó un respaldo sonoro de la mayoría de los
asistentes a la sesión.
En mi exposición critiqué la postura
de la academia norteamericana que tradicionalmente se había opuesto al uso de
términos que los hispanos de los Estados Unidos usan y ya hacen parte del uso
común en todo el país, incluyendo palabras, que han sido repudiadas por ser
consideradas anglicismos, barbarismos, neologismos, cognados y falsos amigos.
En mi epilogo señalé que la Academia
Norteamericana de la Lengua Española estaba en mora de hacer incluir en su
diccionario la entrada “estadounidismo”.
La ANLE respondió a mi ponencia,
publicándola en su revista oficial, Glosas, con el infortunio que uno de los
censores de la institución la editó alterando su contenido.
No obstante, recibí una respuesta
muy positiva de parte de la académica Leticia Molinero, quien se propone hacer
un listado de estadounidismos y ha tenido la bondad de citarme en algunas de
sus exposiciones y ensayos.
Consultando en línea el Diccionario
de la Real Academia (DRAE) indagué el vocablo “estadounidismo”, con la buena
nueva de que aparece como un término que será parte de la vigésima tercera
edición impresa del diccionario.
La entrada dice: “estadounidismo. 1.
m. Palabra o uso del español hablado los Estados Unidos de América”.
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