Romney se
autodeportó de la Casa Blanca
Han pasado
los días, pero fue algo inmemorable. Después de vivir una noche cargada de
emociones por el subibaja de los resultados de los votos electorales estado por
estado, de rojos a azules y viceversa, ya en la madrugada del miércoles 7 de
noviembre vino la calma.
La
tranquilidad se dio cuando el candidato republicano Mitt Romney reconoció la
derrota y posteriormente el presidente Barack Obama pronunció el discurso de
victoria de reelección.
Entonces
estuve pasando canales, de las cadenas de habla hispana a las angloparlantes,
hice el recorrido por CNN en español, Telemundo, Univisión, NTN 24 y de pronto
salió en CNN en inglés, Ana Navarro, analista republicana, que trabajó hace
cuatro años en la campaña de John McCain, con el comentario más agudo de la madrugada.
“Mitt Romney
perdió esta carrera en las primarias. El se autodeportó de la Casa Blanca”,dijo
la analista política de origen nicaragüense, como ratificación de algo que los
resultados de los comicios hicieron evidente: la retórica antiinmigrante del
candidato republicano le costó la presidencia.
La encuesta
de Latino Decisions-ImpreMedia y el desglose de sondeos a boca de urna del
Centro Hispano Pew, confirman la aseveración de Navarro, los hispanos no
deglutieron entera la enchilada de los anuncios en español de la bondad de
Romney, y recordaron la insensibilidad del exaspirante presidencial en el tema
migratorio y le pasaron la factura votando abrumadoramente por la fórmula
demócrata de Obama-Biden.
Latino
Decisions-ImpreMedia concluyó que los latinos sufragaron en el universo
nacional: 75 por ciento por Obama y 23 por ciento por Romney.
Por parte de
los hispanos, en los estados en disputa, las cifras fueron avasalladoras a
favor del presidente reelecto: 87 por ciento en Colorado, 82 por ciento en
Ohio, 80 por ciento en Nevada, 72 por ciento en Carolina del Norte, 66 por
ciento en Virginia, 58 por ciento en Florida. En otros estados, la preferencia
del voto latino por el presidente fue también arrolladora: en Massachusetts,
donde Romney fue gobernador y tenía su sede de campaña la diferencia fue de 89
por ciento en pro del presidente, contra 9 por ciento para del empresario
multimillonario. En California Obama ganó 78 por ciento, en Texas 70 por ciento
y en Nuevo México 77 por ciento.
El análisis
de las cifras de la encuesta de salida de precintos de CNN por parte del Centro
Hispano Pew señaló que el respaldo de los votantes hispanos para el presidente
Obama en el ámbito nacional fue de 71 por ciento contra 27 por ciento a favor
de Romney.
El sondeo concluyó
que 77 por ciento de los votantes latinos favorecen la legalización de los
indocumentados y el 18 por ciento se pro de su deportación.
La encuesta
de Latino Decisions-ImpreMedia indicó que para los votantes hispanos de Arizona
y Carolina del Norte el tópico más importante es inmigración.
En Carolina
del Norte, donde yo vivo, 50 por ciento de los electores latinos se
pronunciaron por el tema migratorio como el más trascendental.
En 2008,
Obama ganó el estado por 14 mil votos, pero esta vez lo perdió por 96 mil. Yo
estaba confiado en que la movilización en las zonas urbanas y el voto temprano
impulsarían al presidente a ganarlo, pero pudieron más los prejuicios contra el
mandatario y los inmigrantes.
La
administradora de la gasolinera, donde pongo combustible, todavía cree que
Obama es musulmán y nació en Kenia. La cajera del supermercado donde compro los
víveres sostiene que a los jóvenes indocumentados los dejan estudiar gratis en
los colegios comunitarios del estado, cuando en realidad tienen que pagar
matrículas como si fueran foráneos. Un vecino había colocado una calcomanía en
su auto, en la que aparecía un niño haciendo pipí y el pozo llevaba un nombre:
Obama.
Menos mal
que algunos republicanos sí han entendido a lección, han llegado a un estado de
sensatez, y ya están hablando de atraer el voto hispano y de la necesidad de
aprobar una reforma migratoria integral.
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