BITACORA

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Tuesday, January 22, 2013


La reforma migratoria ya viene

 

Por Rafael Prieto Zartha

 

Los planetas parecen haberse alineando y todo lo que sale de Washington menciona la reforma migratoria.

Los activistas ya han anunciado que se proponen hacer un millón de llamadas al Congreso, entre febrero y marzo, para que la legalización de los 12 millones de indocumentados se haga realidad.

Se anticipa que en abril se efectúen movilizaciones nacionales, que culminen el 1 de mayo con eventos en todo el país.

Sectores conservadores de pastores evangélicos están solicitando que durante 40 días se ore, basándose en Mateo 25:31-46, para pedir por la reforma, rindiendo homenaje al forastero.

Horas después de haber sido juramentado privadamente como vicepresidente, Joe Biden dijo a los asistentes a una fiesta: “vamos a aprobar la reforma migratoria integral”.

Los programas especializados de las cadenas nacionales de televisión en inglés y español mencionan a la reforma migratoria, como una de las prioridades del segundo mandato de Barack Obama, junto a la economía y el control de porte de armas.

Y el mandatario dijo en su alocución, ante un millón de personas desde las escalinatas del Capitolio: “Nuestro viaje no está completo hasta que encontremos una mejor manera de dar la bienvenida a los esperanzados y luchadores inmigrantes que todavía ven en Estados Unidos la tierra de las oportunidades, hasta que los brillantes estudiantes y los ingenieros sean enlistados en nuestras fuerzas de trabajo en lugar de ser expulsados de nuestro país”.

Los entendidos hablan del proyecto migratorio del senador republicano Marco Rubio.

Los llamados “pundits” especulan si la reforma migratoria se presentará a pedazos o como un solo paquete.

Los interesados favorecen lo que más les conviene: que se incluya la llegada de mentes brillantes, que se requieren trabajadores agrícolas, que se necesita mano de obra no calificada, que los soñadores merecen ser legalizados.

Los soñadores, que han sido la luz y el alma del movimiento por la reforma, de forma generosa han escogido luchar por sus familiares y conocidos, para definir el tipo de reforma que quieren, en lugar de optar solo por ellos.

Los soñadores, los “dreamers”, que le han puesto el frente han considerado a sus padres como parte fundamental de esa reforma, que está más pulpa que nunca para germine.

Esos muchachos han tenido la enjundia para ponerse de tú a tú con legisladores federales y con la campaña del hoy reelegido presidente.

Han sido protagonistas de actos de desobediencia civil, en oficinas públicas y en las mismas calles del país, realizando tercos plantones.

Se han dejado arrestar en las vías públicas, y en hasta en sesiones legislativas, que han transmitido en vivo y en directo con su sabiduría tecnológica.

No han dado el brazo a torcer y han movilizado en cuestión de minutos al país entero para evitar la deportación de sus pares y sus padres.

Son los duros, que forzaron que el gobierno lanzara la acción diferida, que los protege de la expulsión y han logrado que la discreción procesal se aplique a los suyos para evitar que los saquen del país.

Pero aún en un ambiente propicio para un cambio, que ojalá de una vez por todas resuelva el problema migratorio existen los saboteadores de oficio.

Por ejemplo, está el llamado estratega republicano Adolfo Franco, que solo abre la boca para incordiar. Es de los que no ha entendido que la filosofía extrema de su partido fue derrotada el 6 de noviembre pasado, y que en lugar de despotricar, debería contribuir a que haya una solución migratoria amplia, que permita que el partido del elefante regrese al poder en el futuro.

Por supuesto que ahí están, como él, los recalcitrantes, los intolerantes, los extremistas, que espero, perderán la partida.

Wednesday, January 16, 2013


La infamia del DMV con los soñadores

 Por Rafael Prieto Zartha

Lo que está haciendo la División de Vehículos Motorizados de Carolina del Norte (DMV), con los soñadores protegidos por la acción diferida ordenada por la administración del presidente Barack Obama es miserable.

La política adoptada de suspender la emisión de licencias de conducir a los “dreamers” es un acto de patética cobardía, sazonada con salsa de la discriminación.

El sitio de internet de la división, adscrita al Departamento de Transporte de ese estado, era claro en señalar que entre los documentos básicos para lograr un permiso de manejar están el seguro social y el permiso de trabajo, asegurados por la acción diferida a los soñadores.

No obstante, a alguna mente torcida le dio por hacer consultas extras, con el propósito de perjudicar a los muchachos.

Así surgió la carta firmada el 10 de septiembre por el excomisionado de la división Michael Robertson, que solicitó concepto al procurador Roy Cooper, sobre la validez de entregarle las licencias a los dreamers. Y la ineficiencia de Cooper salta a la vista, dado que han pasado cuatro meses sin que se pronuncie oficialmente al respecto.

Ante el silencio del procurador, a los funcionarios antiinmigrantes del nuevo gobernador republicano, Pat McCrory, se les ocurrió tomar una medida administrativa para dejar sin licencias específicamente a los soñadores, clasificando sus permisos de trabajo como inaceptables.

De esta manera, Carolina del Norte se sumó a la lista de estados mezquinos: Arizona, Iowa, Michigan y Nebraska, que han cortando las alas los soñadores, al vedarles la posibilidad de conducir vehículos.

Qué contraste con Nevada, donde el gobernador republicano Brian Sandoval ordenó a su Departamento de Vehículos Motorizados expedir las licencias con una explicación lógica: Si el permiso de trabajo que se da a los soñadores es emitido por el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), entidad que pertenece al Departamento de Seguridad Nacional (DHS), este es un documento con el suficiente valor para conceder los certificados de manejo.

Lo que han entendido, además de Nevada, California, Florida y Connecticut, es que a los soñadores se les ha otorgado un estatus temporal para permanecer en el país mediante una orden del ejecutivo, que se debe respetar. Por eso no hubo oposición en esos estados para la emisión de los permisos de conducir para los dreamers.

Las organizaciones de estudiantes indocumentados de Carolina del Norte están recomendando a los soñadores que continúen aplicando para la licencia de conducir, dado que “de facto” muchos la recibieron cuando el DMV había optado inicialmente por entregar el documento sin restricciones.

El cambio de mente se dio después de que la portavoz del DMV norcarolino, Marge Howell, había dicho al periodista Franco Ordoñez, de la cadena de periódicos McClatchy, que los dreamers recibirían el permiso de conducción.

Los soñadores han respondido a la medida que le conculca el privilegio de manejar como una declaración de guerra del estado de Carolina del Norte y de la administración de McCrory.

La acción de los subalternos del nuevo gobernador cae en una grosera discriminación, por parte de funcionarios de una dependencia estatal que en su ineficiencia todavía no se ha enterado que el Servicio de Inmigración y Naturalización (INS), desapareció desde el 1 de marzo de 2003.

Casi una década después, las referencias de documentos requeridos para los solicitantes extranjeros de licencias de manejo, nombran al INS como una agencia viva en la página virtual de DMV.

Y en una respuesta a una pregunta mía, la vocera del DMV norcarolino confundió el Servicio de Inmigración y Ciudadanía (USCIS), que expide los permisos de trabajo, con el Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), que se dedica a las deportaciones.

El DMV es ignorante sobre los cambios que han ocurrido en las entidades federales, pero increíblemente hábil para fregar a los soñadores.

Tuesday, January 8, 2013


Gutiérrez & Gutiérrez: la fórmula para 2013

 
Por Rafael Prieto Zartha

 
Hace casi un mes, el 12 de diciembre, Día de Nuestra Señora de Guadalupe, la Virgen de los Inmigrantes, tuve la oportunidad de dialogar separadamente con dos personajes que seguramente harán historia en 2013.

Se anticipa que el dúo dos será protagonista del milagro que esperan 12 millones de indocumentados hispanos y la mayor parte de la comunidad latina.

Ambos son los impulsores de la reforma migratoria integral en sus respectivos partidos, Luis Gutiérrez, el congresista demócrata de Illinois, y Carlos Gutiérrez, exsecretario federal de Comercio, de filiación republicana.

El advenimiento del posible milagro de la legalización de los indocumentados operó en noviembre con la votación de 12 millones y medio de latinos, que transformaron la visión que se tenía en el país del poder político de los hispanos.

En 2001, Luis, el congresista fue el primer legislador de la Cámara Baja que respaldó el Dream Act, el proyecto de ley para arreglar la situación migratoria de los estudiantes indocumentados, que había sido propuesta en el Senado por el demócrata Dick Durbin y el republicano Orrin Hatch.

Desde entonces, Luis, de origen puertorriqueño, se convirtió en el paladín de los inmigrantes y de su legalización en el Capitolio, una convicción que lo ha llevado hasta ser arrestado en las propias puertas de la Casa Blanca.

Por su lado, Carlos, el exsecretario de Comercio, hizo parte del gabinete del presidente George W. Bush. Entre 2006 y 2007 fue un ‘‘embajador’’ del exmandatario en el Capitolio para lograr la reforma migratoria, que desafortunadamente murió en el Senado, el 28 de junio de2007.

Todos recuerdan al exsecretario como el principal escudero del expresidente Bush para la legalización de los indocumentados y su fogosidad reciente en pro de la reforma migratoria, se dio tras la fallida aspiración a la presidencia del excandidato republicano Mitt Romney.

Pese a haber asesorado al exgobernador de Massachusetts, en algunos aspectos de su campaña Juntos con Romney, el exsecretario, quedó convencido que el talón de Aquiles del excandidato republicano había sido su posición intolerante sobre inmigración y el lenguaje contra los indocumentados durante las primarias de su partido. Para él, el tono hostil antiinmigrante alienó el voto hispano, incluso el de los conservadores latinos.

Tras la derrota, el exsecretario constituyó el Súper Comité de Acción Política: Republicanos por la Reforma Migratoria, que respaldará a los políticos que favorezcan la legalización de los indocumentados y un cambio integral en las leyes migratorias del país.

El congresista Gutiérrez calcula que cuenta con 175 votos demócratas de los 218 que se requieren para aprobar la reforma en la Cámara de Representantes. Así, que está buscando entre 45 y 50 congresistas republicanos que voten por la reforma.

Esa tarea no es sencilla y se requiere la colaboración de todos, ejerciendo presión.

Quienes hasta ahora, han sido exitosos en perseguir sus sueños y lograrlos han sido los soñadores que forzaron al gobierno, tras la toma de sedes de campaña demócratas, que les otorgaran la acción diferida, que suspendió sus deportaciones. Los muchachos han sido unos maestros en el manejo de las redes sociales y en las campañas masivas de envío de mensajes para impedir expulsiones y proteger a sus pares y a padres de familia.

Se tiene que seguir su ejemplo y actuar con premura cuando se requiera efectuar el cabildeo virtual, con mensajes de texto o correos electrónicos. Las organizaciones proinmigrantes ya se han estado preparando para desarrollar el cabildeo general, que culmine con la aprobación de la reforma. Pastores evangélicos han pedido que el proyecto se presente en los 92 días tras la posesión de Obama.

Ojalá el propósito se cumpla con el concurso de la fórmula Gutiérrez & Gutiérrez por la reforma migratoria en 2013.

Tuesday, December 18, 2012


El debate de la venta de armas de fuego 2

 

Por Rafael Prieto Zartha

 

Hace menos de seis meses, el viernes 20 de julio, un nerdo solitario entró a un cine de Aurora, Colorado, donde mató a tiros a 12 personas y dejó heridas a 58, en el estreno de una película de Batman.

El pasado viernes 14 de diciembre, otro solitario, Adam Lanza cometió otro acto inexplicable, que rompe todos los esquemas. Después de matar a su madre, ingresó a la Escuela Elemental, Sandy Hook, de Newtown, Connecticut, donde roció a tiros  a angelitos de 6 y 7 años. El saldo: 20 menores muertos y seis adultos.

Cuando ocurrió el incidente en Colorado, escribí una columna de la que reproduzco una gran porción, por su vigencia.

No creo que los padres de la patria tuvieran la intención de promulgar la Segunda Enmienda a la Constitución, con el propósito de que los habitantes del país pudieran adquirir, como si fuesen caramelos, los sofisticados rifles de asalto del Siglo 21 con los que se cometen espantosas masacres.

La Segunda Enmienda fue propuesta en 1789 durante el Primer Congreso, reunido en Nueva York, y proclamada en el 15 de diciembre de 1791, en el Segundo Congreso, que tuvo como sede a Filadelfia, donde se aprobó la Carta de Derechos, que corresponde a las 10 primeras enmiendas a la Constitución. Para ese tiempo, el país comenzaba a vivir la paz, después de haber experimentado una cruenta guerra de independencia, que duró ocho años, entre 1775 y 1783, en la que los revolucionarios de las primeras 13 colonias derrotaron al Imperio Británico. El alzamiento contra los ingleses había sido protagonizado primordialmente por milicias de campesinos, que antes y después de las hostilidades, utilizaban sus armas de fuego para cazar animales para su sustento y defenderse de las bestias salvajes. Las armas de fuego que se usaban en la época eran mosquetes que se alimentaban con cargas de pólvora, con las que solo se podía hacer un disparo a la vez. Los soldados más avezados apenas lograban hacer tres disparos por minuto.

El concepto de que el pueblo tuviera armas de fuego tenía un razonamiento de parte de los padres de la patria: que en cualquier momento los ingleses podrían regresar a recuperar el territorio. Y esa premonición se hizo realidad en 1812, en un conflicto que duró dos años, en el que los británicos redujeron a cenizas a Washington, la recién estrenada capital estadounidense.

Pero ningún padre de la patria vio funcionar un rifle de asalto con capacidad de hacer 60 disparos por minuto, al adaptarle un magazín especial. Para cazar un venado no se requiere un arma que lanza tal cantidad de proyectiles en tan corto lapso de tiempo.

De acuerdo con el diario Philadelphia Daily News, el país ha vivido desde 2007, por lo menos 20 matanzas significativas con armas de fuego.

Apenas el 30 de junio, un individuo hizo disparos contra un café en el distrito universitario de Seattle, en el estado de Washington, asesinando a 5 personas.

El 8 de enero de 2011, en un centro comercial de Tucson, en Arizona, un hombre provocó la muerte de 6 personas y lesiones a 13, entre ellas a la excongresista Gabrielle Giffords.

En 16 de abril de 2007, un estudiante abrió fuego en la Universidad de Virginia Tech, en Blacksburg, matando a 32 personas e hiriendo a 17.

El 20 de abril de 1999, en Littleton, Colorado, dos alumnos de la Escuela Secundaria Columbine, asesinaron a 12 de sus compañeros y a un maestro, además de dejar decenas de lesionados.

Dos días antes de la matanza en Newtown, en Portland, Oregón, otro solitario disparó en un centro comercial, asesinando a dos personas.

En el debate público ha quedado nuevamente la facilidad de adquisición de las armas de fuego. Como dije antes: no creo que las armas no sean necesarias, si uno tiene que proteger la vida ante la amenaza de un criminal bruto, pero las masacres ponen en tela de juicio su utilidad real. No hay que temerle a la Asociación Nacional del Rifle (NRA) y reglamentar el porte con sensatez.

Tuesday, December 11, 2012


La muerte del Comité Selecto en Inmigración

 

Por Rafael Prieto Zartha

 

En Carolina del Norte se disolvió el pasado jueves 6 de diciembre el Comité Selecto de la Cámara de Representantes sobre el Papel del Estado en la Política de Inmigración.

En la sesión más breve, de las cinco que sostuvo en el año que operó, simplemente se leyó una cuartilla y un cuarto de sus conclusiones y recomendaciones, que reflejan que el problema migratorio debe ser abordado con más sensatez, que con el hígado recalcitrante de los antiinmigrantes.

También mostró que la realidad del nuevo panorama político, tras las elecciones de noviembre pasado, hace obrar milagros.

Terminó la sesión y el representante Frank Iler, quien presidió el Comité, y que en octubre de 2011 había prometido medidas radicales contra los “ilegales”, se sentó a escuchar la propuesta del grupo Jesus Ministry de Charlotte, para explorar la posibilidad de otorgar licencias de manejo a los indocumentados.

Parecía el mundo al revés, como si en un año se le hubiera dado vuelta a la tortilla.

Con paciencia, Iler oyó los argumentos de la dirigente Maudia Meléndez, sobre la necesidad de dar permisos de conducir a quienes no tienen papeles, de los beneficios económicos para el estado: más de cien millones de dólares; y de las restricciones para que gente de otros estados no se aprovechen de la situación, por ejemplo presentar la declaración de tributación de impuestos en Carolina del Norte y las planillas federales.

Además, el requisito de que los aplicantes pasen una prueba de antecedentes criminales con el FBI.

Lo cierto es que en diciembre de 2011, cuando se efectuó la primera sesión del finado comité, un encuentro como el de Iler con Jesus Ministry y sus pastores evangélicos era impensable.

Iler se había pronunciado como el paladín de “no darle la bienvenida a los ilegales a Carolina del Norte”.

El representante había sido copatrocinador de los proyectos de ley para prohibir que los estudiantes indocumentados pudieran ingresar a los colegios comunitarios y las universidades del estado, y eliminar la matrícula consular mexicana como una de las identificaciones aceptadas en Carolina del Norte.

El legislador había señalado que el comité debía buscar la forma de aplicar leyes que ya se habían propuesto en otros estados del país contra los “ilegales”.

Lo que se preveía era la implantación de un monstruo de ley en Carolina del Norte, tipo Arizona, con los agregados de las leyes de Alabama, Georgia y Carolina del Sur.

Comenzaron las sesiones del comité, el 7 de diciembre del año pasado, con la intervención de los alguaciles más duros de Carolina del Norte, en el edificio de la Legislatura en Raleigh: Terry Johnson, del condado de Alamance y Sam Page, del condado de Rockingham.

Page pronunció la frase famosa: “Usted tiene mayores posibilidades de que lo parta un rayo que ser deportado, siendo un inmigrante ilegal en este estado y en este país”.

A esta perla, dicha cuando del país habían expulsado un millón de indocumentados desde 2008, se agregaron cifras cocinadas por las organizaciones antiinmigrantes para mostrar a los indocumentados como una carga.

Pero vinieron las sesiones de enero, febrero y marzo, y las cargas se ajustaron, cuando los legisladores de Carolina del Norte aprendieron que los indocumentados tienen prohibido solicitar todo tipo de ayuda federal, por ley. Funcionarios estatales y dirigentes de organizaciones se encargaron de iluminar con evidencias a los representantes.

Incluso vino la osadía de los soñadores de hacerse arrestar en una de las reuniones y transmitir en vivo, por internet, la detención.

Finalmente no hubo ley monstruo para Carolina del Norte y los legisladores recomendaron fundamentalmente que el gobierno federal debe encargarse de resolver el problema migratorio. Un triunfo para los inmigrantes.

Tuesday, December 4, 2012


Una despedida migratoria vergonzosa

 

Por Rafael Prieto Zartha

 
La despedida en materia de legislación migratoria de los veteranos senadores republicanos salientes Jon Kyl, de Arizona, y Kay Hutchison, de Texas, fue vergonzosa y constituye la respuesta menos indicada y más desafortunada a la votación de los latinos en las recientes elecciones de noviembre.

Pretendiendo congraciarse con los hispanos, los legisladores republicanos decidieron proponer la ley ACHIEVE, como una alternativa al Acta de los Sueños o Dream Act, con la particularidad que no lleva a los soñadores a ser ciudadanos jamás.

Como premio de consolación, Kyl dijo que los soñadores podrían lograr la ciudadanía eventualmente casándose.

Gaby Pacheco, la soñadora que caminó de Miami a Washington DC abogando por la legalización de los estudiantes indocumentados, y que en su recorrido fue desafiada por hasta por el Ku Klux Klan, calificó la propuesta de Kyl y Hutchison, como “insultante”.

No es de extrañar que los dos legisladores no entiendan que a los latinos y mucho menos a los soñadores no se les puede contentar con migajas.

Respecto a inmigración los dos integrantes salientes de la Cámara Alta han demostrado tener una actitud terca e insensible.

Kyl y Hutchison ostentan una calificación de B+, por parte de la organización antiinmigrante NumbersUSA, por su desempeño, en el Capitolio, contra la “inmigración ilegal”.

En 2006, Kyl copatrocinó un proyecto de ley para resolver el problema migratorio, que proponía que los indocumentados salieran del país durante cinco años, y tras el lustro de ausencia se les diera la oportunidad de aplicar para ser residentes o trabajadores huéspedes.

Una visión similar fue expresada por Hutchison en 2007, durante el debate que concluyó con el hundimiento del proyecto de ley de reforma migratoria en el Senado.

Ideas como la ley ACHIEVE, que se vende con el lindo nombre de “asistir a los niños y ayudarlos a mejorar su educación y valor para empleo”, no sirven cuando la intención no es tratar a los beneficiados con respeto.

Crear con los soñadores una subclase de habitantes del país, sin derechos es estúpido, dado que los “dreamers” han crecido entonando el himno y recitando el juramento a la bandera de las barras y las estrellas.

Los republicanos tienen que escuchar al exgobernador de la Florida Jeb Bush y al exsecretario de Comercio, Carlos Gutiérrez, que entienden que extender la mano a la comunidad hispana tiene que ser un acto sincero, sin restricciones y ofreciendo garantías a seres humanos del siglo 21.

Proyectos locos, como el de 2011, de la senadora estatal de Texas, Debbie Riddle, de aplicar una ley para deportar a los indocumentados de su estado, pero exceptuando a las empleadas del servicio doméstico y los jardineros, son ofensivos.

Ese mismo tono injurioso tiene la propuesta ACHIEVE, que podría en últimas perjudicar a dos millones de soñadores.

La reconquista del voto latino conservador no se logra colocando pañitos de agua caliente o curitas sin suficiente adhesivo al problema migratorio, se hace abordando el asunto de forma integral.

Cada vez son más las voces conservadoras que piden una reforma migratoria integral. El Foro Nacional de Inmigración (NIF), ha estado convocando a pastores evangélicos, oficiales policiales, empresarios y expertos en leyes tributarias para que iluminen a las huestes republicanas en pos de la reforma.

En la segunda mitad del Siglo 19, el Gran Viejo Partido (GOP) tuvo la valentía de arriesgarse a favor de los esclavos negros. ¿Por qué no va a tener el mismo coraje de optar por una comunidad, de la cual puede lograr el afecto de un sector considerable?

El camino es sencillo, tiene que aplicar los 12 Pasos para Asegurar Nuestras Fronteras y la Inmigración Legal, esbozados por la organización Somos Republicans de Arizona.

Tuesday, November 27, 2012


La reforma migratoria implica responsabilidades

Por Rafael Prieto Zartha

 Hay un dicho que dice que “no es bueno ensillar antes de traer las bestias”, es decir celebrar antes de que las cosas se hagan realidad.

No obstante, el panorama se pinta auspicioso para la reforma migratoria integral: los demócratas quedaron con mayoría en el Senado y a escasos votos para negociar con el sector de los republicanos de pensamiento amplio, la aprobación de la ley de legalización de los indocumentados.

Es factible conseguir los 60 sufragantes para evitar que el proyecto de ley sea saboteado, ahora que los senadores republicanos John McCain, Lindsey Graham, Orrin Hatch, Jeff Flake y por supuesto Marco Rubio estarían eventualmente en la jugada.

En la Cámara de Representantes la situación se presenta más de cuesta arriba, pero lograr una votación mayoritaria por la reforma no es imposible.

Hay casi 30 congresistas latinos en la Cámara Baja y al ala intolerante del partido del elefante se le está atribuyendo la derrota del pasado 6 de noviembre.

Los recalcitrantes identificados con el Partido del Té ya no están retozando como hace dos años, porque el gigante dormido del voto hispano despertó y fue determinante en la elección del presidente y de legisladores federales.

Antes de las pasadas elecciones, el número de integrantes del Caucus de Inmigración, donde se reúnen los antiinmigrantes, no llegaban a 100, y en los comicios algunos resultaron defenestrados o se retiraron.

El guarismo mágico de los 218 votos debería ser alcanzable.

El presidente Barack Obama, debería alinear a rajatabla a todos los legisladores demócratas, de ambas cámaras, para que sufraguen a favor de la reforma y su promesa a la comunidad latina no se convierta nuevamente en un merengue a la puerta de una escuela.

La bancada republicana proreforma migratoria integral tendría que conseguir el mayor número de votos de sus copartidarios, para que el crédito de la aprobación de la ley tenga claramente el sello de algo definitorio en lo que intervino el partido, y lograr ampliar su base de electores hispanos conservadores.

 El proyecto de ley tendría que someterse cuanto antes y debe sacarse adelante,  ojalá para en verano del próximo año.

Eso sí, que no vaya a pasar como con la amnistía firmada por Ronald Reagan en 1986, con el respaldo de una Cámara de Representantes de mayoría demócrata, a en la que todas las partes incumplieron.

El gobierno, los políticos, los patronos y los propios indocumentados  fueron cómplices del fracaso de la reforma de los ochenta.

Todos se hicieron de la vista gorda, para no aplicar las sanciones contempladas en la ley.

Los rancheros pusieron el grito en el cielo cuando los agentes del difunto Servicio de Inmigración y Naturalización (INS) iniciaron las redadas en los campos.

Los políticos abogaron para que sus constituyentes ricos no perdieran las cosechas y dejaran tranquilos a los pizcadores indocumentados. El fenómeno se repitió a lo largo y ancho del país hasta llegar a la situación que tenemos hoy.

En esta ocasión todos tenemos que cumplir y vamos a tragar tragos amargos, si queremos que los 11 millones de indocumentados sean legalizados.

La frontera tendrá que ser sellada, habrá probablemente más agentes, más guardias nacionales (los seis mil de la época de Bush), más aviones “fantasmas” no tripulados y un muro más alto y más largo.

En adelante, los trabajadores tendrán que llegar con visa e inspeccionados en un punto fronterizo o un aeropuerto. Su número tendrá que ser determinado por una junta que analizará el mercado laboral.

Los países exportadores de indocumentados tendrán que evitar el éxodo a cambio de la legalización de sus nacionales. La verificación de documentos para empleo será más estricta y los patrones sujetos a sanciones más severas.

La reforma migratoria implicará responsabilidades.